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El.mundo.de.Daan

Viejo instinto

Viejo instinto

 

 

      No necesitas buscarme más, ya sabes que soy instinto,

que la brusquedad no es más que mera apariencia

que soy  lo más, mero reflejo del cristal donde te miras,

aunque digan que sucumbo a la vieja tradición de amarte.

 

 

      Has de saber que sólo tú que me conoces, me vez tal cual,

no necesito poner la pantalla de azul cristal, ni defender mi tino,

sabes cruzar la necesidad de devolver el reflejo, a donde ha salido

conoces de mí el agua que proviene del fuego, no necesitas más.

 

      Tú y yo somos lo mismo, aunque te mienten camino perdido,

sabes que en el fondo la razón obliga a mantener cuerdo el sentido,

que hay que apagar esta flama bendita que a otros envilece,

y que a ti como a mí, nos obligan a poner cara de felicidad.

 

      Hoy sabes que puedes contar con la conciencia mía,

que no tengo necesidad de ser más que la brisa,

cual fuga ilusionada hacia los brazos de la vida,

mientras mantiene cuerda la ilusión sobre la espalda.

 

      Más ahora sé que me temes, y es lo justo, 

tu y yo sabemos que somos la sal que alimenta el fuego,

dulce cristal de aquel que ve reflejado su rocío en la estela del deber.

Anda, no temas, no pienso dañar, ni el tu ni el yo, que ambos conocemos.

Daanroo

Largo destino...

Largo destino...

  Son de nuevo las tantas de la madrugada, me encuentro aquí sola, vacía, desecha por enterrar de una vez por todas el hacha de guerra, y tú, tú aún no te dignas mirar hacia mí.

  

                No sé si buscarte más,

 si esperar de ti esa caricia que me embriaga,

que me endulza el alma hasta la inconciencia misma.

¿ Me pregunto si esto qué siento es amor...?

¿ Me pregunto si no presumo de qué eres mío.?

¿De qué la luna viene a por mi, como el sol que me extremece?

¡Ay amor, cuán me haces saberte así!

y pensarte y desearte y extrañarte...

Ya mismo parece que no existiera nada más

entre tu rostro y mi cara.

Ya mismo parece que la distancia, no es distancia,

ni que la marcha del día, no es aquel mísero fantasma

que se empeña en ridiculizar mi paso por la tierra.

   Sabes, ¿ quisiera saber de una vez por todo si no sueño?

si este desvario que siento entre mi pensar y mi pecho,

no son más qué rescoldos de un amor que nunca tengo.

¡Ay amor, cuán largo es el destino, sin tus besos...!

Daanroo

Mi tierra.

Mi tierra.

   

  Tú silueta del balcón, que llevas en el alma vida,

ven a mi mente, ¡Bandida!, permiteme la emoción,

de ver en tu sangre el amor, que vió el niño Juan Dieguito

aquella mañana en que Dios, al hombre las dió por testigo.

 

 

      Tu silueta del balcón, ¡Bendice el alma de los hombres!

dales pasíon y temor, aunque me los mates de hambre,

que de ellos aprenda bien, la mañanita divina

que ser moreno y mexicano, es orgullo y no mentira.

 

 

Que se vuelque en alabanzas, de una prieta presumida,

que lleva flores al anca, y entre cabellos la viña,

Andale mi bella silueta, píntame con emoción

el canto de aquel gorrión, que con cara e´negra urraca

se paró junto al panteón y me cantó una mañana.

 

 

     Aquella dulce cancioncilla, que llenó mi alma toda

de la dulzura e´mi tata, y en mi tierra la emoción,

de ser de roja la imagen, del valiente batallón,

de verde pura, la sangre, y de blancura el valor.

 

 

   Que así me formaste Dios, las sombras de mi guitarra

que ahora con gracia clama, ser mexicana señor,

así como aquella rosa, que a nuestra madre engalana

la bella virgen soberana, de esta tierra prometida.

 

 

    Y a quien cariñosamente llaman, La virgencita morena

por la sombra de su anuencia, que a todos nos cobijó,

¡Esta es mi patria señores!, esta la sombra de Dios,

aquellos son sus aromas, como la rosa en que se enredó.

Mi virgen Guadalupana, 

alma y tierra mexicana, aquí donde me planto yo.

Daanroo

Al jardinero de conciencias.

Al jardinero de conciencias.

¿Recuerdas esa flor que dijiste plantarías en el jardín de tu conciencia?

Pues no sé si soy yo, quien ha dejado de regarla,

 o la ha regado tanto, que se ha cansado ya de la acuosidad de mi existencia.

 

    Dime tú, fiel jardinero de esa tierra tan llena de rarezas

¿Qué puedo hacer, para poner de abono, la palabra de mi consistencia?

Si te oscureces como el aire, al amanecer de las tormentas.

  

  Dime jardinero, ¿por qué la tierra se erosiona?

¿Acaso no plantaste en ella el amor,

y la canción inaudita de la esperanza misma?

  

¡Acaso no fue así el trato con aquella Madre Tierra!

Tu intentarías verter en mi la amalgama y la semilla,

Y  yo, haría de abono, el agua de mis mejillas.

  

Dime mi jardinero, si debo rendir ya cuentas,

a la presencia de aquel, que es el fiel forjador de acuosas

y decir al mundo que falle, al cosechar mis propias sémolas.

  

¡Dime jardinero, dime…!

¿Cómo se llega mi vientre a la durez de tu conciencia?

Si fuimos cuna de una hoz y rectilíneas tan férreas

  

Dímelo mi fiel jardinero,

No me hagas sentir la respuesta, de una siembra que se acaba,

si creo que siempre la abone, con cariño y con presencia.

  

Dímelo mi fiel jardinero,

¡Qué quiero en mi mente paz y en la cordura de cada sombra de agua,

la sonrisa del hombre sabio en bendición de su propia conciencia!

   

Daanroo

 

¡ Qué triste es amar así...!

¡ Qué triste es amar así...!

 

  ¡Què triste es amor, irme encontrando con este sentimiento donde la angustia y la necesidad se llevan la sonrísa de aquellos recuerdos que dejas en mi!

¡ Qué triste ir conociendo que el caminar de mis sentimientos no te basta la suficiente para destaparme el rostro y gritar a los cuatro vientos que me amas y que yo te pertenezco porque así lo deseo.! 

 ¡ Qué triste es pensar que el amor, tenga que vivir escondido a los ojos del mundo, para que pueda ser metaforicamente resistente a tu necesidad como hombre, qué triste amor!

 ¡ Qué triste es saberme enamorada hasta la crueldad de una cordura que se pierde entre tus manos y no sepas tomarme de ellas, para levantar la cabeza mía!, esta cabeza que lleva años con la mirada al piso y arrastrando los sentimientos entra la piel y el fuego para poder saberse a ratos viva...

   ¡ Què triste que sabiéndome cómo me sabes, me ocultes, que me instruyas a dejar de ser yo misma, y en ese instruir no deje yo de sustituir tus palabras de amor, por la cordura que otras tantas veces presumía.!

¡ Ay amor, qué triste se me va haciendo el panorama de que me amas solo a medias, y qué no puedo hacer nada para remediarlo, porque tú mismo cierras los ojos a mi amor y a mi presencia.!

   ¡ Qué triste es amar así, cuándo sé que un solo movimiento de cabeza frente a mi, me hace despertar los màs diversos sueños...!

    ¡Qué triste es amor. saberte así de lejos amandote yo tanto y tanto...:!

Daanroo

 

Bajo la tierra.

Bajo la tierra.

              8     Otra de aquellas actividades llenas de gozo, con Don Alberto Chimal.

 

                                                                                    .-.-.-.-.-.

   No sé, nunca estuve segura de que bajo la tierra, viviera el hombre, pero he ahí que aquellos que me amaron, intentaron sacarlo de debajo para verme sonreír, en lo que ellos no lo habían logrado. 

     Todos tenían la carretilla media vertida en las ilusiones desastrosas que esta mujer les había ido formando, había quien incluso había dejado a color su ropa, fusionando el sentido de que bajo la dulce tierra nacerían de nuevo los olvidos; pero era injusto, nadie había aún puesto en ella la semilla que fructificara el egoísmo de verlos a los tres igual, del mismo modo de antaño, con los pies puestos de pie, y metidos en calcetines, cuando inútilmente y a cada uno se les había pedido sentir la tierra entre los dedos de los pies.

     La vida no cambia, era un eufemismo limpiarse las manos de este modo, el piso simplemente ya estaba tachonado de estrellas y por más que se buscase un camino al infinito de las tolerancias, todo había cambiado; incluso los viejos senderos pintados a mano en la pared, habían dejado ya casi de existir, la gran veleta de tonos equidistantes del pensamiento también había hecho su desaparición tan misteriosamente como había llegado.  

   Solo había algo que les juntaba, y ninguno notaba por estar al pendiente de su propio pozo lleno de orquillas, y de viejos gusanos. El que fueran, tres, tres personas tan iguales en la concordancia que hasta habían puesto de guantes rojos las manivelas de las carretillas.  

    Ese fue siempre el error de los tres, marcar de cuajo el proceder de un sentimiento, como si no fuera posible llevarlo a la piel misma, si hasta se pudiese uno carcajear, en lugar de ponerse triste la mirada, bastaba con ver la equivocación de buscar el amor enterrado en lo profundo de la tierra, cuando no era más que necesario de sacarse tines y zapatos para sentirlo vibrar.   

    El hombre siempre estaría dotado de esa sensibilidad, pero su propia inseguridad ya había hecho estragos en su persona, y tenían por meta encontrar la felicidad enterrada en la tierra Hasta ahora, nadie sabe si precisaron sonrisas para lograrlo, después de media noche, cuando todos habían removido la semilla plantada, sin saberlo, se habían esfumado, ni siquiera fueron para regresar a ver los frutos de su propia cosecha. 

     Y eso, que de ahí habían brotado infinidad de almas, algunas como ellos, sensibilizados en su fuerza, más que en su necesidad de ser ellos mismos. Recuérdenlo, la semilla de la felicidad no se planta entre la tierra, sino en el corazón del hombre. Ellos, lo habían olvidado, por eso su carga de sacar la tierra de su propio planeta, se volvería interminable. 

Daanroo   

Acuosa del trigo.

Acuosa del trigo.

Todo el campo es orfeón que canta a la vida.
Y la primavera dirige su tres por cuatro rítmico
con batuta de fuego nitrogenado.

Ravis

 

 

Acuosa del trigo.

 

Acuosa, no hay otra forma de llamarte,

así te vas formando, en la mente mía;

el abandono de tus entrañas ya se nota,

ya han levantado la cosecha,

el olor a campo trillado fulmina la mirada

y enciende de fuego aquel ritmo de tres en mano

que es palpar tu sabor en las entrañas, en las pupilas,

 y hasta en las papilas gustativas

Acuosa, esa es la batuta perfecta de verte vacío,

con la llamarada de Dios, en la hoz del hombre.

Acuosa, entre la orquesta sinfónica que patalea

que no deja correr ni cumbias, ni sones, ni jaranas

por volcarse simplemente el sonido del trigal que se esfuma.

Acuosa, acuosa es esta mirada mía que te ve y ya te extraña;

que sabe que mayo acaba y que a la vuelta de la vida

volverá a revivir entre sus marañas.

Anda toca, toca, que suenen en tus entrañas

 los violines de aquella herencia mía,

el aroma, el sabor, el sonido del campo recién trillado

y un mes de mayo con acuosa consistencia de amarillas lágrimas,

y sabor a entraña de música, con verso de cuerda viva.

 

Daanroo

Límites precisos.

Límites precisos.

Esta mañana me he ido preguntando si realmente reñir contigo, me va haciendo fructuar entre la necesidad de amarte y la de odiar tu comicidad.

   Ya se que mi desparpajo por cometer el mismo delito y transfigurar mi cara en dos muecas que hablen de mí, sin soltar la lacrimosa existencia, te va haciendo pensar si yo de verdad existo.

    Pero es que es así, te voy diciendo tal cual soy, y ensocarradamente me transfiguro ante tu presencia, dejando constancia de ello, tú sabes que yo te sé, y sé con seguridad que tú me sabes, pero lo que no conoces de mí, es este mundo preciso donde mi resistencia a la mentira mucho tiene que ver con tu ausencia y con tu presencia a la vez.

   Lo vez, un día me digo que me amas, y tengo que esperar tres, y hasta cuatro días para que lo repitas, el problema es que yo no llevo ya la cuenta de cuantas veces son las que faltas porque ya misma empiezo a olvidarte.

    Difícil decirtelo así, pero necesito la constancia de un día a día, para sentir la seguridad de un sentimiento y de una persona, sé que las circunstancias varían de acuerdo a tu proceder, pero voy buscándote, lo sabes, y lo sabes porque ya mismo pongo lo que me dejas sentir, pero me voy haciendo ya a la idea de que uno de estos días jamás regresaras.

    Creo que es así, al menos esta es la máxime seguridad que me das de tu presencia. Una muy dolorosa por cuanto vas haciendo y dejando en mí, pero a la larga la más segura para poder mirar delante.

    Ya lo dije antes, eres mi caballero, y creo que lo serás eternamente, pero no puedo esperar por ti, mi indiomanía no me deja más que la pura presencia de saberte y de montar ya misma encima del primer cuaco que venga delante para socabar otras tierras; así es esta constancia tan real mía, tú sabes que te quiero, pero no puedo permitirme ir tras de ti, esperando te dignes darme unos minutos de tu tiempo. No, yo no tolero eso, una vez te dije que conmigo era sal y manteca, lo mismo repito esta vez, la manteca en tus manos, la sal en la mía, sobre todo cuando ésta tiene constancia de mantequilla y aroma de rosas blancas, pero eso también es otra de las mentiras que lleva la vida encima.

   Ya lo vez, dices amarme, sin embargo que poco sé de ti y de tu vida, de tu pensar, de tu actuar, del merecer que llevas por nombre o del nombre que llevas por merecer.

      Lo mismo me lo has dicho a lo real, que me permites ocultarlo, como si peste se tratase, y es que así va, esa es la rúbrica que dejas en mí, una simple realidad que no existe puesto que yo no existo más allá de una abrupta ventana que se antoja irrisoria, dado que solo en ella me amas.

     Ilógico no, yo hablando cuando debería callar mi sentir para no estropear la necesidad de amarte, pero ya lo vez, sigo siendo la incrédula mujer que se apasiona cuando el sentimiento la invade y deja que su corazón sucumba a la ternura y a la caricia, y porque no decirlo al cariño del hombre.

       En fin, que la vida siempre es la misma, ella viene y sienta precedente de que vivo respirando emociones que jamás tendré, y a la vez, tengo emociones que me hacen respirar por encima del jamás, lo que no entiendo y no quiero comprender, es cuanto más tengo que esperar para decirte adiós de forma definitiva.

       ¿ Porqué para allá vamos, verdad?.

        Sabes, tal vez este sea el último escrito que va a ti, así en silencio como te empeñas en seguir el juego, pero me temo, me he cansado de él, de ahora en adelante te toca repartir ese amor que dices tenerme, ahí, justo ahí donde te has negado a darme el lugar que supuse me pertenece.

        Está en tus manos, la vida mía y la tuya, ahora preguntate de verdad, si vale la pena, llamarla "Nuestra vida...", porque ya he pasado el tonto límite de la espera y espero la retribución de este sentir, con el grito abierto al mundo entero... y por entero me refiero también a este, que sabes más cuerdo tal vez, que aquel de afuera, donde el empeño no llega, pero deja escaramusas.

          Ya lo vez, de nuevo soy sincera, pero es que me pierdes con esa manía de olvidarte por días de que existo, sobre todo cuando juras y perjuras que soy tu mujer y tu señora. Y francamente así las cosas, perfiero morir de una vez por todas, sanjando de caujo este sentir que me escabrea, y me hace odiarte con sinceridad cuando me dejas en la minucia de un silencio que sofoca,  y que sabes que amo, por sobre cualquier cosa.

         Pero las cosas así, la verdad así, y yo así, esta es lo que soy, y esto lo que valgo, lo demás depende de ti, porque el amor, el amor, no se basta solo a si mismo, también hay que alimentarlo., y tú, tú te olvidas no solo de la comida, sino hasta del gusano que la descomposición viene formando con las tiras de tu amor y el mío.

        Anda, leeme y luego cuando me leas toma medidas, porque estoy tomando clases de paciencia cuando soy siempre la paciencia bien medida, pero te juro que jamás pense en soportar tan poco, desde que entraste tú a mi vida. 

         Anda, leeme que sabes bien que es para ti, esta palabra, aunque no lleve imagenes precisas ni tu nombre escrito., sólo mi constancia de que la versabilidad no es más que fuentes de suspiros, sobre todo, cuando se dice existe el amor, entre dos seres conversos.

         Tú amor, tú, eres el amor y yo, yo la simplicidad de un cometido.

          Te amo lo sabes, lo digo en estas palabras que sé lees, pero no me basta amar, ni el silencio, ni el olvido.

           Este es mi límite, lo dejo marcado con rayas precisas, lo demás, ¡ lo demás, te pertenece....!, como te ha pertenecido una y otra vez la libertad de alejarte de mí, si te precisa.

          Recuerdalo, este es mi límite, lo demás queda a tus manos. A tus benditas manos... a esas mismas manos que se cruzan entre tu conciencia, tu cuerpo y la locura de amarte, como te amo.

Daanroo

Gato de quinta cepa

Gato de quinta cepa

  Es curioso como la sangre fría de otros, se va apoderando a veces de la voluntad más férrea.

 

          Hoy te vi venir, venías de la mano de la promesa como si no existiese mejor lugar, aprovechaste bien el momento en que os quedaste solo, si lo se bien; la pena es que se te olvido que todo podía cancelarse con el simple roce de la palabra.

         Ya lo vez, me dijiste ven y yo atolondrada fui, solo que se te olvido el pequeño detalle de decirme que no sería lo mismo mi llegada el viernes, que el primer día de mayo.

         Así eran las cosas, yo por darte de lado la sorpresa de estar entre tus brazos corrí a ti midiendo tiempos, costos y distancias como si el mismo rey Midas, viviera en otrora casa de mi destino.

         Nada raro hubiera sido encontrarte caminando, si ya mismo eres tú pies andantes; tampoco hubieses sido encontrarte cama encima o encima de ella, porque eres la sensualidad y la sexualidad en persona.

         Pero nada de eso buscaba yo, yo iba a ti, desafiante y desgarrante para ser de ti, la valentía de una amistad nueva, y pues nada, me he quedado con ella, entre las manos, ya mismo lo digo, soy ingenuamente la postmodernidad de una traqueotomía, pero se me olvido llevar la pluma del gallo, enlazada a mis espaldas y es que no esperaba menos de ti, que el que abrieras las puertas de esa casa que tantas veces me ofreciste para sentarme a medio jardín.

       No reprocho que va, la saturación de esta envidia no es esa, sino la garrocha imperfecta que cubría mis penas, tal vez porque te había tomado el cariño de un paño de lágrimas, cosa insulsa por cierto, pero así fue como te conocí; ahora me pregunto ¿ qué voy a hacer con este sentir tan estúpido que correo las entrañas? y es que esa visita improvisada y con meses de anticipación a nuestra fecha de encuentro, no me hizo mucha gracia, sobre todo, después de ver la cara de pe... rplejo que has puesto al verme, vaya... pero si yo lo voy más, dos malditos años diciendote que soy la más que mujer, y tú empeñado en la idea de que no charlabas más que con una cotorra.

     Jajajja, pero es que no veas la gracia que me ha hecho que me dijeses, ¡ Papacito...! aún antes de ver mis ojos, vaya fenómeno el de esta cita, ¡Tú, tú que infinitamente te he contado mis secretos más escabrosos confundirme....!, vaya, pues no ha sido lo que digamos muy , pero muy grato, pero si me ha pillado y destornillado una risa sincera que hace mucho tiempo que nadie saca, sobre todo porque practicamente te has quedado con la boca abierta, y no es que yo sea la mujer 90, 60 90 que todos sueñan, sino porque de papaito pues puede, que nada tenga, si acaso treparme a los árboles como él que más, pero hombre, confundir estas caderas 120 con la rajatabla de un macho, pues como que deja mucho, ¿ No crees...?

    En fin, que ahora da igual lo que ahora mida con tacos o sin ellos, total lo mismo me dijiste chaparra mil veces y ahora te encuentras con verdad por nariz.... jejje, me intriga saber que dirías ahora si te pinto las cuatro velas que siempre tengo en el borde de la cama para aromatizar mi instinto, y es que no tengo porque negar que estás de los más que bien... ( glups...) pero hombre, no seas mala sangre, compadecete de mi, e intenta justificar que esa visita no fue más que la meritoria falta de ansiedad que me sofoca no saber de ti y de tu maldita manía de encontrarme a raz de suelo, cuando yo misma soy la que se pone pie encima, y remacha con un escupitajo.

    ¡ Si, si, si ya se, ya se, ! el cínismo nada tiene que ver con la realidad que te he permitido ver de mi, pero es que también existe, y como tal digo, que soy vieja, ejemmmm, digo mujer.... para no socabarte el instinto, porque mira que lo tienes bien pero bien socabado, jejje, después de todo, no era mucha sorpresa que yo fuera la mujer que se dibujo tal cual, con su estatuta al igual, con su terquedad por bandera y su fálica realidad de decir verdad a la primera vez, como aquel insulso instrumento que cambió la percepción de lengua, cuando crearon la ciudad de las mil., no si no me refiero a ello, dado que te lo vengo diciendo hace tiempo, soy la sed y el agua, la torre y el alfil, la mujer hombre, la mujer...

    Pero mira que la realidad de ver en tu cuerpo, la mentira, me saco de bruces, digo después de todo eres alta, morena, ojo sensual, mirada lángara, y de buen diente, pero se te olvido un pequeño detalle.... jajjajja lo siento es que me causa más risa que enojo... mira que mínimo detalle, yo te imaginaba mi igual en circunstancias, dije de mujer a mujer, será un lujo, departir... y ala que me has partido como dicen acá, " la margarita, no en dos, sino en cuatro...", porque eso de toparme de pronto que le tapaba los ojos a tu amiga, en lugar de mi amiga, pues ha sido todo un lujo...

     Hombre, que mirá como me ha sorprendido saberte mi contraparte, jo, y que contraparte... un varón, macho, felpudo, del verbo grandote osito....

¡Caray, cómo es de rara la sangre fría, mira que tú vivir confundido en si yo era hombre o mujer....! y yo encontrarme que la amiga, es todo un tipo...... jo y que tipo...

  ¡ jajajjajjaja.....! anda, perdona que me ría, pero es que no me quito esta gran sonrisa de los labios, desde que supe que yo, no era yo, sino un zoguajo, y tú, no eras tú, sino un macho de labio libertino...

    ¡jajjajja, jajjajja, !, caray como es la vida mira que minar de esta forma la voluntad más férrea, que mal, fue cuando tuve que regresar a la patria y dejarte allá en la terminal encampanado de risa... por despedirme de ti... con aquello de:

     ¡ Hasta la vista guapa...!

     jajjjaja, si hasta las mironas pusieron cara de espanto.

¡ Ay Dios, cómo me he divertido este fin a tu lado, si hasta parecería que la soledad no existe.!

    Y tú pillo, a la tuya anda, sigueme envenenando de risa, que sabes bien, eso me parte la conciencia, por dejarte allá, donde las gatas abundan...

    Anda, anda, te dejo ya, que si no esto se va a convertir, en la calabaza del cuento de cenicienta.

   Tu hembra...

   ¡jajjajja, digo, tu vieja...!

Daanroo

.-.-.-.-.-.

 ¡ Ay, que ay, me sigo sonriendo, gato de quinta cepa... jajjajjajaj!

Lapsus de miedo

Lapsus de miedo

 

   Anoche se fue abriendo el alma y la ausencia tuya, hizo estragos en mi conciencia; ya no era necesario pararme junto a la ventana, era la ventana misma la que en un lapsus estereotipado se acercaba a mi, dejándome ver el brillo de la luna esconderse entre las nubes.

    Todo paso tan rápido, el tiempo se deshizo en alucinaciones, te vi pasar del brazo de otra, remembrar y remontar montañas que nunca vimos juntos; vi como la niebla de un cielo gris, se transformaba a tu paso, y la caducidad de nuestros sentimientos me invadía.

    Fue tan vivido el sueño, que mi piel empezó a transformarse en la frialdad incesante de un hielo transparente pero sólido, y así hubiera quedado de no voltear a verme a través de la ventana y haberme lanzado palabras más vanas como lo fueron, "La quiero...", ese fue el golpe de gracia para mis sentimientos y es brillo lunar que siempre pactaba sobre mi ventana dejo de existir, atrapando el frío dentro de mi casa...

    Y hoy, justo hoy, esta mañana que debería haber sido una mañana lúcida, el cuerpo se me volvió por completo la fríaldad de la montaña, sentí como se me fue quebrando paso a paso y centímetro a centímetro la piel, hasta quedar por completo vestida de un frío inerte y metálico.

      Pero ya es de día, y ahora me pregunto, si este sueño de soñarte anoche, no será un vaticinio a mi fortuna.

¡Tiemblo sabes, tiemblo de pensar que fuera realidad que anoche dejaste de amarme...!

Daanroo

Un beso.

Un beso.

 

Y hay una sola saliva

 y un solo sabor a fruta madura,

y yo te siento temblar contra mi

como una luna en el agua.

 JULIO CORTAZAR

.-.-.-.-.-.-.--.-.

Un beso.

Él lo ha dicho todo, tu silencio en mis labios es preciso.´

Él ha leído el aroma que despide tu distancia,

y yo como él, me digo a mi misma, sus labios...

¡ Sus labios!

Motivo preciso son para mi existencia.

¡Ven, me es preciso besarte, decirte a la boca lo que siento!

sentir la sabia de tu fuego en la saliva de tu boca;

la luna en tus ojos  y sentir en la línea de tus bellas cejas

el infinito mismo, de mí "Te quiero..."

Ven, me es preciso besarte

 y jugar a que soy el aire, mientras te beso.

                                                            

                                                                                   Daanroo

¿ Fiera o hembra...?

¿ Fiera o hembra...?

¡Excelencia...! ¡Porqué no...! Después de todo, la única madeja lógica que tengo para sentarme sobre mis cuatro pies es, esa brusquedad tan tuya de hacerme hembra.

  Entonces porque no llamar al reto de mi mirar la excelencia perfecta, ¿ acáso no es ella, la que te atrae?, la que remonta ese deseo tuyo de poseerme exacta, táctil y furtivamente como si se necesitase ocultar lo que todo el mundo sabe, requiere e inquiere.

   Sabes que voy pintada ya misma de distintos tonos, ya me has visto, pero no tengo porque negar que amamantar tu cuerpo y tu alma, no sea la paradógica excelencia que me forma mujer; al contrario soy, eternamente la nostalgia que precede a Adán y a Eva, por encima del tiempo.

    ¡Ven...! te reto a que intentes esconder este deseo entre las hierbas del jardín.

    ¡Ven...! te reto a que a cuatro pies, disloquemos el alma y encontremos el punto definitivo para amarnos juntos, unidos entre tu distancia y mis labios.

   Por ahora sabes que te se, que te deseo, que soy tu mujer, desde esa misma perspectiva tuya que me lleva en tu bolsillo. Lo sabes, lo palpas y lo sientes así, justo como debe ser el deseo insatisfecho entre hembra y macho, entre fiera y hiena, entre torcal y paloma.

   Ya lo vez, el día va siendo la larga cadena que nos ata, mientras tu callado me dices que me quieres, y yo te digo querer desde mi silencio empeñoso por no hacerte daño.

     Ven... ¡ Ven, te reto a quitar de mi cuerpo este deseo profuso y profundo por ondar en ti mi vientre y mi cuerpo!, por pertenecer al hombre y terminar de formarme mujer por la simplegracia de mantener un deseo perfecto excelente, no solo en el hombro, en el oído, en el cabello, sino también dentro de mi propio vientre.

   ¡Ven...! ya es tiempo de que cumplas mis caprichos y me digas que me amas ante la presencia de Dios, y de la propia gente. ¡Ven, ven ya, dime que me amas abiertamente...! enseñame a confiar en que me voy volviendo hembra de carne y hueso, de huella y presencia, de entrega y recepción no solo de sentidos y sentimientos, sino de entereza y de rudeza por defender lo mío, así, con la misma entrega profunda y profusa con que tu me llevas al hilo de tus propios deseos.

  ¡ Ven... se justo contigo mismo, ya es la hora de que me digas mujer mía, ante todo el mundo...!

¡Ven... ven...! permite que me sostenga a dos pies con la cabeza erguida y no escondida entre matorrales como misera fiera que busca encontrarse consigo misma.

   ¡Ven, ven...!

Daanroo

Antología de mi retrete.

Antología de mi retrete.

Ejercicios con Don Alberto Chimal 

Taller literario: No que

Es conocido el ejercicio de escribir un texto sin usar la conjunción que. La razón que se da para proponerlo es que tendemos, muchas veces, a abusar de ella. Otras variaciones posibles son prescindir de los artículos (el, la, los, las…) y, más difìcil aún, de la preposición a (es decir, no prescindir de la vocal, sino buscar modos distintos de escribir frases como “sabor a miel”, “enseñar a leer”, etcétera). Los textos pueden resultar torpes o rebuscados, pero además de ser un reto interesante, dan a pensar en formas de escribir y decir distintas de las habituales, y también permiten apreciar mejor aquellos términos a los que se renuncia.

-.-.-.-.-.-.-.-..-

No estoy segura si tal como lo escribí se vea torpe o rebuscado, pero si me ha sido de gran ayuda, intentar no poner los " QUE ", vaya que no sabía que los pusiera tanto y en tan poquitas palabras.

Antología de mi retrete.

¡Mamá hay una araña en la ventana!
¡Mamá se terminó el papel…!
¡Mamá, no hay agua caliente.!
¡Mamá, se me olvido la toalla.!
¡ Vieja, trame de la alacena un rastrillo!

Me preguntaba usted, ¿ si con tanto grito y tanta deferencia,
el baño no acabará sordo durante el día?
Bueno, tal vez si, por eso, en los acordes de sus sonidos nocturnos
solamente se escucha un lento, plac, plac, plac.

Monótonamente se ha cansado de tantos gritos,
y ha terminado por tomar su legítima revancha.
Ahora cada noche, mientras intento dormir
(lease que soy la madre y la vieja…)
nace la venganza del retrete mismo.

Ahora se empeña en diferenciar las horas,
y en pintar de azules un lento plac, plac, plac.
Cómo si yo no tuviera bastante
con el grito de mis hijos o el de mi viejo.

Plac, plac, plac.

Me pregunto ¿ si será valido,
escribir una antología de todos esos gritos.?

Plac, plac, plac.

                                                         Daanroo

Tres hombres y una tumba.

Tres hombres y una tumba.

 

   Descalzos, sin más ropa que la mirada

he ido poniendo sobre lo frío de la caja

tres hombres. 

Uno añoso, con el vientre plano

la boca de labia

y un terrón de azúcar por palabra.

 El otro mecánicamente profético

lunático, vestía de silencios

su mirada.

 El tercero la coraza precisa de un canto

un muerto que enterraba vivos

sin medir las consecuencias.

 Eran tres, tres los hombres que morían

uno a viva voz, otro a silencio justo

y aquel más con la labia del verso en la mirada. 

Ahí iban los tres, directo al frío de la caja

cada uno con su aluda bajo el brazo

y sobre la cabeza una corona de espinas. 

La túnica ya no servía, la llevaba la mujer,

ellos, la enseñaron a cargar sobre la espalda

el peso de su risa. 

Tres, tres fueron los hombres de mi vida,

el sueño de ayer, la risa del mañana

y la soledad del cada día. 

Así murieron en casa tres cantos de una caja fría

fueron enterraron juntos

en la memoria dispareja de una mujer que reía.  

 

Daanroo

¡Bendición a un hijo...!

¡Bendición a un hijo...!

   

   Hoy se han coronado de espinas la ilusión más grande, mi hijo me han dicho que se va, que mi presencia no la extrañará, que es grande, que trabaja, que tiene deseos de recorrer el mundo.

   Qué yo y su padre hemos terminado la escencia de formarlo, y yo aquí callada me pregunto, ¿ qué haré?, ¿ a dónde iré,? si mi vida era el, si mi destino era entregarme a su crecimiento y a su aprendizaje como si la vida misma fuera eso, hacerle hombre.

¡Hijo, sé que ya es tiempo...!

 Qué debes recorrer por tus propios pies,

la seguridad de tu camino,

Que mi sangre ha dejado en ti,

la esencia vespertina de los sueños,

de los espejismos, de los deseos de ser un ser libre...

¡ Sé que debes ir, y te entrego así de esa forma a la vida misma!

Pero te digo hijo, que la vida no será la misma sin ti,

que la casa se volcará ante mi y tu padre,

que los muros y sus morillos, harán eco constante de tu risa,

de tu llanto, de tus carcajadas, tal y cual las han guardado.

¡ Te quiero...!

Te quiero con esa misma tranquilidad

y esa misma ferocidad que me marco tu existir,

dentro de una cama de doseles blancos.

De una silla que se lleno constantemente

de preguntas y respuestas,

de necesidades, de sal, de azúcar, de pimienta.

¡Te quiero hijo...!

¡Te quiero así, libre como tú mismo lo deseas...!

con ese caminar arrogante que va formando al hombre,

para ser hombre de bien y justo,

para tomar en su mano sus acciones

y volverlas fe y sonrisas.

¡Te quiero hijo...!

con esa misma voluntad

que una vez nació de mis entrañas por arroparte,

por esa misma sinceridad

 que me dió la vida al ver tus ojos,

por ese mismo sonreir

que me causo tu presencia

al correr, al saltar,

al vivir quieto en un rincón descolando hormigas.

¡Te quiero hijo...!

Por eso, yo misma te abro las puertas

para que salgas al mundo,

para que tomes de él la materia que te haga formar

más hombre,

más humano, más perfecto.

¡Porqué lo eres pequeño mío...!

¡Tú eres la perfección de Dios y su propio espejo...!

 

Daanroo

 

¡ Un bien morir...!

¡ Un bien morir...!

   La noche se ahonda, el fuego del deber derrite mis entrañas, no puedo hacer nada; ¡ tú mueres tan lejos de mi! que la distancia ya no importa. ¡Ha ganado de nuevo!, ha taladrado de nuevo mi cuerpo sin yo sentirlo.  ¡Su piedad ya no es importante!, ¡ni la tuya me es ya tan suficiente.!, se acabó el sueño de la misma forma en que vino a hacer presencia ante mis ojos.

   La luna ha tomado el frío de la ausencia y enciende el corazón con el trino de la primavera; ¡ si no fuera tan falsa la vista!, ¡ si no fuera...!, pero ya lo vez, la necesidad de responder ha quedado anulada por un espejismo y otra vez la mano bendita de quien padece, se encumbra dentro de mi como si nada. ¡Las bofetadas del dolor son tantas y tantas que ya no importan!, ya no tienen sentido en el cuerpo, la mediocridad se impuso, la valentía murió con tu ausencia y el reloj, el reloj simplemente se sumo en la discreción sublime de dos rocas aformes como fueron sus manos.

    El desperdicio fue mutuo, la relación entre dos fue persistente, un toma y daca cubierto de malos sueños y pensamientos insanos, así fue este despertar omnubilado que se empeño a recorrer el camino e la noche, como si la luz de las estrellas no existiera más.

  ¡Brillo, la inocencia de sus ojos brillo deslumbrando la poca cordura que quedaba en mi alma.!, así le deje venir, tocar, entrar y luego esfumarse en el aire como fría marioneta. ¡Nada importa ya, la soledad se volvió al fin arena, y la arena fue desparramada conforme las ráfagas de sueños se elevaban por la frialdad de la mañana.!

  De pronto todo era penumbras, y la penumbra misma se escondió a mis ojos, temiendo ver lo que era irreparable, los sueños se acaban, ¡ se acaban, me dijo...! y luego no supe más, me deje ir, solte el cuerpo y ate las amarras de una vida confabulada con el dolor.!, era mejor así, los sueños, sueños eran y para mi, ya no existía el tiempo, éste se había consumido esperando tu regreso.

   ¡Hoy fui de él, yo deseaba amarte, y él, el diablo, era el único confeso.! ¡Yo sólo me límite a cerrar los ojos y morir en paz. ¡Era hora de mi tiempo, el reloj ya se había consumido totalmente entre el fuego.!, ya no había agua en el mar, ni lágrimas en el desierto. ¡Todo estaba en paz!  ¡mi alma estaba muriendo.!

Daanroo

Carta dirigida a un yo inconcluso...

Carta dirigida a un yo inconcluso...

¡ A veces duele ser uno mismo...! pero yo soy lo que soy...   Una mujer que va por la vida con el silencio en los labios, el corazón siempre en la mano y doblegada ante la necesidad de servir.

¡Pero también soy egoísta, me remuerde la conciencia verte ir...! pero no pienso dejar de ser yo misma, sólo por intentar ver tu sonrisa.

 ¡ Mm, no me temo que no es así como funcionan las cosas...! si aprendí a dar lo que soy, es porque soy conciente de quien soy, y de qué puedo ser si miro mis manos y las lleno de sangre.

  La vida no siempre es justa, a veces se hace lo que se puede, pero la justicia que se aplica en mi propia mano, es la de la reciprocidad.

Si das, tómas, si tómas das... ¡ pero si intentas robar la cordura...! tendrás primero que aprender a callar.

La vida siempre retrocede, los años siempre vuelven, y aquel que no se conoce a si mismo, si se enmaraña en la cabeza sale airoso si pone el corazón de por medio.   

   Soy sincera, me duele verte ir, pero así es como debe ser, me niego a inmiscuirme donde no se me permite entrar, ni quiero entrar donde no debo inmiscuirme. La pregunta fue clara, los efectos ya los vez aquí, en el mismo responso de mi cuestionamiento, directo y claro, te digo ¡ Adiós...!, hoy no vale "Hasta otro...! me temo que sanjar de cuajo la caida del árbol, fue la retribución más justa.

   ¡Me preguntaste, ¿cuál era la parte del árbol más segura?! vuelvo a decir que las ramas, aunque de tanto en tanto no alcancen el suelo para abrazar al hombre, están ahí, encrustadas en la profundidad de sus años y sus acciones, siendo cobijo y sustento, libertad de acción y negación de pensamiento, a veces hasta por un respiro y un suspiro, y otras simplemente fríaldad y soledad, pero son con seguridad el mejor efecto de saberse árbol.

   ¡ Eres libre... mis manos están abiertas, solo quiero que quede bien claro, que jamás intentaron atrapar al grillo, esa gracia solo puede tenerla Dios y tu conciencia.!, la mía va en paz, sonriéndole a tu pensamiento, como ese primer momento en que pusiste la mirada en mi palabra y su efecto.

   ¡ Ve en paz, te agradezco los momentos...! ¡Ya lo vez, conceptualizarme era lo correcto...! responderme, no era más que mero trámite de encontrar al amigo verdadero.

  ¡ La vida es así, Tú eres como eres, y yo, yo soy yo misma, aunque a veces duela.!

 

Daanroo 

Los años que pasan.

Los años que pasan.

 

   El cometido es el mismo, sentirte en la piel, formarte, darte al mundo como si el mundo no fuera tuyo desde antes de nacer.

    Hija, que tanto hace que podía tenerte entre la profundidad de mis brazos, sosteniendo tu pequeña cabecita de rizos perfectos entre mis manos; que tanto hace que podía quitar el tin de tu piecito y sentir la sangre palpitar con la fuerza de un amor perfecto; que tanto tiempo hace de recorrer paso a paso la ilusión de cada madrugada, cuando unidas tú y yo, mirabamos las estrellas tras una cortina llena de encajes y sueños, como tu sonrisa y mi sonrisa.

    Hija, mi Negrita perfecta, que maravilla es poder ir contemplando tu rostro cada mañana, viendote sonreir entre tus propios sueños, y luego al despertar mirar esa carcajada perfecta que me dice que creces en la bendición de Dios y en la caricia de los hombres justos.

     "Te quiero Negrita...", te quiero como ese primer día, cuando en el vientre sentí tus primeras caricias. Te quiero, como esa primera vez donde envuelta en una mantilla azul tomaste entre tu mano mi dedo y pegaste un grito de alegría y de sinceridad por venir al mundo.

      Te quiero con la conformación de que los días son días gracias a ti y a tus hermanos; con la confrontación de que tus sueños son los míos desde la necesidad de enfrentarme al mundo y decirle "Soy madre, ¡Madre...", y todo es por ti, porque me permitiste desde un punto muerto formar parte de tu entorno y entonar con ilusión la mayor esperanza que tiene una mujer, como mujer, ver crecer a sus propios hijos.

     Te amo pequeña, te amo con la sabiduría envidiable que me da los años de poder vivir contigo un día a día que se antoja perfecto y una noche a noche, que se antoja de ensueños y de quimeras que se vuelven estrellas cada vez que sonríes.

    "Te quiero, Negrita..." eres mi bebe perfecta y no por ser la mejor, ni la única porque compartes ese mismo trono con tus hermanos, sino porque eres tú, la mejor enseñanza que puedo tener como mujer y como amiga.

     "Feliz día bebe," ¡Qué Dios te siga concediendo la oportunidad de vivir como lo haces siempre, con la sonrisa y la ternura en ti y en tus acciones.!

     "Te quiero Negrita, mi Negrita...!

Tu mami.

Bajo la palabra Tom.

Bajo la palabra Tom.

No voy a perdonarte haberme llamado silencio,

¡Yo no soy silencio... parezco, pero no lo soy!

¡Yo soy palabra, escrita y burda,

cínica y superficial, pero palabra...!

No me digas que no lo entiendes,

porque tu mismo nombre ha sido cambiado

cuando tu escencia gráfica es la misma

la de antaño, la de ayer, la que no miente.

Tú mismo te haces llamarte Tom,

cuando eres agua de río, clara y profunda;

cuando eres viento, ligero de alma

entero de lecho y amplio como el universo.

Te llamas Tom, pues así de he decirte

pero no me hagas a mi, cambiar lo que soy,

porque yo no soy más, la mentira que te guardas.

Te llamaré Tom, porque tal vez sea tu felicidad,

pero no será la mía, a la mía la llamaré palabra,

porque eso soy, cuando me llaman enaguar.

¡Soy mujer, no lo olvides al cerrar de tu ventana!

 

 

Daanroo

Soy, fui.... ¿ y mañana...?

 

Al amor lo fui guardando entre la socarrona manera de ser tan mía y la manera en que sentaba a la puerta de otros, sin tocar la entrada de mi ventana.

   Por eso cuando me han dicho te amo, he sentido la necesidad de bailar y de brincar hasta encontrarme conmigo misma, el silencio se volvió de pronto labia, y la labia, se volvieron efectos que a otros llevaron efectos de soledad.

   Pero no se engañen, la soledad sigue viviendo en la monotonía de una verdad que no siempre viene pintada de azules o de rojos, también la soledad se llena de alegrías y se pinta de monótonos tonos de gris, hasta casi tocar el fondo traslucido de un río, un lago o un mar.

    Dicen que las arenas de su fondo, tocan la gracia de volver las manos humo, pero mis manos siempre han sido la leña que con fuego se consume y se transforma en ese mismo olor a árbol quemado que se embellece con la sombras de una luna y las siluetas de dos.

    Otros dicen también que cuando dos se acercan hasta tocar sus labios se conoce al fin la mirada de aquel que nos creo, pero yo he encontrado que se le puede encontrar también a la sombra de un mezquite, sintiendo el calor del sol, el canto de la lluvia, el tic tac del tiempo sin necesidad de pisar la soledad de cuatro paredes pintadas de amarillo.

   El amor es tan cambiante, y la soledad es tan eterna, que a veces creo que yo soy el amor y la soledad unidas en un solo cuerpo y encendidas de emoción en una mueca.

   Conozco el amor, le veo rondar por las caras de sueño de mis hijos, conozco el odio, lo veo rondar entre las sombras de mis pensamientos, conozco también al diablo que forma el congénero de un misterio no encontrado nunca, y conozco al hombre que me forma mujer por un par de palabras tan cortas como la respuesta.

   Pero quién me niega a mi que conocer el odio y su contrapartida, me haga pensar que seré menos mujer de lo que ya misma soy, y de lo que ya mismo me formo.

   Soy hipócrita, así me siento a veces cuando me sonrío de mi misma, y para mi misma, al grado de nombrarme hombre sin dejar de ser mujer, pero quiero sentirme mujer, al grado de volverme mujer de un hombre.

Y para eso necesito algo más que una palabra de bienvenida o un adiós para alejarme.

   Soy mujer, me sé mujer hasta el paroxismo mismo de la palabra...

¿ y tú...? puedes llamarte hombre, o tengo que decirte ¡ ven...! para que

reacciones y corras de calle, el espejismo mismo de una valía vertida a

dos.

   Hoy soy, ayer fui, pero quiero ser mañana, la verdad, y me temo que esa solo se encuentra muriendo.

 

Daanroo