Gato de quinta cepa
Es curioso como la sangre fría de otros, se va apoderando a veces de la voluntad más férrea.
Hoy te vi venir, venías de la mano de la promesa como si no existiese mejor lugar, aprovechaste bien el momento en que os quedaste solo, si lo se bien; la pena es que se te olvido que todo podía cancelarse con el simple roce de la palabra.
Ya lo vez, me dijiste ven y yo atolondrada fui, solo que se te olvido el pequeño detalle de decirme que no sería lo mismo mi llegada el viernes, que el primer día de mayo.
Así eran las cosas, yo por darte de lado la sorpresa de estar entre tus brazos corrí a ti midiendo tiempos, costos y distancias como si el mismo rey Midas, viviera en otrora casa de mi destino.
Nada raro hubiera sido encontrarte caminando, si ya mismo eres tú pies andantes; tampoco hubieses sido encontrarte cama encima o encima de ella, porque eres la sensualidad y la sexualidad en persona.
Pero nada de eso buscaba yo, yo iba a ti, desafiante y desgarrante para ser de ti, la valentía de una amistad nueva, y pues nada, me he quedado con ella, entre las manos, ya mismo lo digo, soy ingenuamente la postmodernidad de una traqueotomía, pero se me olvido llevar la pluma del gallo, enlazada a mis espaldas y es que no esperaba menos de ti, que el que abrieras las puertas de esa casa que tantas veces me ofreciste para sentarme a medio jardín.
No reprocho que va, la saturación de esta envidia no es esa, sino la garrocha imperfecta que cubría mis penas, tal vez porque te había tomado el cariño de un paño de lágrimas, cosa insulsa por cierto, pero así fue como te conocí; ahora me pregunto ¿ qué voy a hacer con este sentir tan estúpido que correo las entrañas? y es que esa visita improvisada y con meses de anticipación a nuestra fecha de encuentro, no me hizo mucha gracia, sobre todo, después de ver la cara de pe... rplejo que has puesto al verme, vaya... pero si yo lo voy más, dos malditos años diciendote que soy la más que mujer, y tú empeñado en la idea de que no charlabas más que con una cotorra.
Jajajja, pero es que no veas la gracia que me ha hecho que me dijeses, ¡ Papacito...! aún antes de ver mis ojos, vaya fenómeno el de esta cita, ¡Tú, tú que infinitamente te he contado mis secretos más escabrosos confundirme....!, vaya, pues no ha sido lo que digamos muy , pero muy grato, pero si me ha pillado y destornillado una risa sincera que hace mucho tiempo que nadie saca, sobre todo porque practicamente te has quedado con la boca abierta, y no es que yo sea la mujer 90, 60 90 que todos sueñan, sino porque de papaito pues puede, que nada tenga, si acaso treparme a los árboles como él que más, pero hombre, confundir estas caderas 120 con la rajatabla de un macho, pues como que deja mucho, ¿ No crees...?
En fin, que ahora da igual lo que ahora mida con tacos o sin ellos, total lo mismo me dijiste chaparra mil veces y ahora te encuentras con verdad por nariz.... jejje, me intriga saber que dirías ahora si te pinto las cuatro velas que siempre tengo en el borde de la cama para aromatizar mi instinto, y es que no tengo porque negar que estás de los más que bien... ( glups...) pero hombre, no seas mala sangre, compadecete de mi, e intenta justificar que esa visita no fue más que la meritoria falta de ansiedad que me sofoca no saber de ti y de tu maldita manía de encontrarme a raz de suelo, cuando yo misma soy la que se pone pie encima, y remacha con un escupitajo.
¡ Si, si, si ya se, ya se, ! el cínismo nada tiene que ver con la realidad que te he permitido ver de mi, pero es que también existe, y como tal digo, que soy vieja, ejemmmm, digo mujer.... para no socabarte el instinto, porque mira que lo tienes bien pero bien socabado, jejje, después de todo, no era mucha sorpresa que yo fuera la mujer que se dibujo tal cual, con su estatuta al igual, con su terquedad por bandera y su fálica realidad de decir verdad a la primera vez, como aquel insulso instrumento que cambió la percepción de lengua, cuando crearon la ciudad de las mil., no si no me refiero a ello, dado que te lo vengo diciendo hace tiempo, soy la sed y el agua, la torre y el alfil, la mujer hombre, la mujer...
Pero mira que la realidad de ver en tu cuerpo, la mentira, me saco de bruces, digo después de todo eres alta, morena, ojo sensual, mirada lángara, y de buen diente, pero se te olvido un pequeño detalle.... jajjajja lo siento es que me causa más risa que enojo... mira que mínimo detalle, yo te imaginaba mi igual en circunstancias, dije de mujer a mujer, será un lujo, departir... y ala que me has partido como dicen acá, " la margarita, no en dos, sino en cuatro...", porque eso de toparme de pronto que le tapaba los ojos a tu amiga, en lugar de mi amiga, pues ha sido todo un lujo...
Hombre, que mirá como me ha sorprendido saberte mi contraparte, jo, y que contraparte... un varón, macho, felpudo, del verbo grandote osito....
¡Caray, cómo es de rara la sangre fría, mira que tú vivir confundido en si yo era hombre o mujer....! y yo encontrarme que la amiga, es todo un tipo...... jo y que tipo...
¡ jajajjajjaja.....! anda, perdona que me ría, pero es que no me quito esta gran sonrisa de los labios, desde que supe que yo, no era yo, sino un zoguajo, y tú, no eras tú, sino un macho de labio libertino...
¡jajjajja, jajjajja, !, caray como es la vida mira que minar de esta forma la voluntad más férrea, que mal, fue cuando tuve que regresar a la patria y dejarte allá en la terminal encampanado de risa... por despedirme de ti... con aquello de:
¡ Hasta la vista guapa...!
jajjjaja, si hasta las mironas pusieron cara de espanto.
¡ Ay Dios, cómo me he divertido este fin a tu lado, si hasta parecería que la soledad no existe.!
Y tú pillo, a la tuya anda, sigueme envenenando de risa, que sabes bien, eso me parte la conciencia, por dejarte allá, donde las gatas abundan...
Anda, anda, te dejo ya, que si no esto se va a convertir, en la calabaza del cuento de cenicienta.
Tu hembra...
¡jajjajja, digo, tu vieja...!
Daanroo
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¡ Ay, que ay, me sigo sonriendo, gato de quinta cepa... jajjajjajaj!
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