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El.mundo.de.Daan

Tres hombres y una tumba.

Tres hombres y una tumba.

 

   Descalzos, sin más ropa que la mirada

he ido poniendo sobre lo frío de la caja

tres hombres. 

Uno añoso, con el vientre plano

la boca de labia

y un terrón de azúcar por palabra.

 El otro mecánicamente profético

lunático, vestía de silencios

su mirada.

 El tercero la coraza precisa de un canto

un muerto que enterraba vivos

sin medir las consecuencias.

 Eran tres, tres los hombres que morían

uno a viva voz, otro a silencio justo

y aquel más con la labia del verso en la mirada. 

Ahí iban los tres, directo al frío de la caja

cada uno con su aluda bajo el brazo

y sobre la cabeza una corona de espinas. 

La túnica ya no servía, la llevaba la mujer,

ellos, la enseñaron a cargar sobre la espalda

el peso de su risa. 

Tres, tres fueron los hombres de mi vida,

el sueño de ayer, la risa del mañana

y la soledad del cada día. 

Así murieron en casa tres cantos de una caja fría

fueron enterraron juntos

en la memoria dispareja de una mujer que reía.  

 

Daanroo

3 comentarios

Daanroo -

¡Es que soy muy terca conmigo misma, me gusta pillarme de cabo a rabo, lo que voy encontrando... que no le doy fin, hasta leerlo todo...!


rafael romero -

Sutil mérito el de dotar de lirismo a un trozo de la vida, de tu vida. Tu poema es a la vez eso, relato, ensayo, drama y novela. Devoto de las palabras que fluyen y disparan imagenes imborrables, he disfrutado sobremanera de este texto, sintiéndome hombre. Gracias por tus sucesivos comentarios (¡ups!, acaba de llegar otro) y por tomarte el tiempo de leerme.

Ignacio -

Bien planteado, con un final, donde se encuentra el fondo del poema.
Un abrazo.

Pd.Sin las cavilaciones de mediodía, no sería yo mismo de noche.