¡ De aquella pregunta tuya....!
¿ Hoy me preguntaste si pensaba en ti, si te recuerdo....? ¿ si en mis sueños de locura, recuerdo esa noche en que me entregue a ti confiadamente...?
Hoy te digo que si, que recuerdo el sentir de tus manos recorrer mi vientre, la dulzura de tu lengua subir y bajar por mi garganta recogiendo la melaza que escurría sobre mi; que recuerdo la nostalgia de tus ojos al tratar de alcanzar mi punto muerto para volverle a dar vida, desde tu propia distancia.
Hoy te digo, que la vida se deja fluir cuando el recuerdo prosigue a capa y espada la memoria de la mujer, que el sentimiento de amar no se termina cuando termina el resultado de saber al hombre sobre si; que la vida consigue de pronto revolcar al hombre sobre si mismo y deja a la mujer estancada en el paso del tiempo sin detenerse a pensar que se ha grabado un instante en su memoria, en su sentir y en su pensar, a pesar de delimitarse encarecidamente con que una relación a flor de paso y cortada al amanecer, no es más que una estrella fugaz que ha descendido del cielo para contemplar las hojas caidas del árbol.
Pasar la memoria por la palabra mentira, es negarse a uno misma, que la delicia de entregarse al hombre, no existió, y negarse a si misma, es reprochar a la vida y a Dios, y pesnar que la naturaleza del hombre por retener la mirada del ser que ama, es una simplonada.
No, cariño, no puedo negar que aún te ama mi cuerpo y mi mente, aún cuando vives lejos; que mi corazón sangra porque no aprendí a detener las hemorragias que al amarte me cause yo misma; que aún recuerdo que la simplicidad de tu cuerpo y mi cuerpo dieron fruto, ese fruto perfecto que crece inmisericorde entre mi mente y mi alma, aún sin escapar.
Que recuerdo la constancia de tus manos al entrar en mi cuerpo, la sonrisa misteriosa que broto de ti, al hacerme tuya y tu respirar furtivo al escapar en las primeras auroras de la madrugada, aunque el reloj de la pared, marcara las ocho de la noche.
No puedo olvidar que fui tuya y que me perteneciste, que mis manos recorrieron tu cuerpo, y tu cuerpo recorrió mis manos, entregandose con vida propia a mis sentimientos, aunque tu corazón no estuviera conmigo.
¡Qué recuerdo tu sexo dentro de mi sexo, tu mano, tomando mi mano; tu boca, en mi boca, tu aliento, en mi aliento....! que recuerdo sin lugar a dudas, los sonidos silenciosos que salían de tu vientre y el mío, al estampar en un chasquido la saledad de nuestros cuerpos.!
¡ Te recuerdo, te lo digo, y lo sostengo ante tus ojos si así quieres saberlo...! lo que me inquieta ahora es saber amor, ¿Por qué te inquieta tanto mi respuesta...?¿ Por qué hoy después de tanto tiempo, recordaste que una vez en tus brazos fui tan tuya, y tan mujer....?
Daanroo
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