Buscando mi infinito.
EL HILO
Frente a frente rompiendo normas,
estableciendo un precedente.
Locura, sensatez, un hilo las separa...
¿De qué lado del hilo me encuentro...?
Chapeleón.
..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..
No suelo sentarme sin tener en mente lo que voy a pensar, pero hoy, hoy precisamente me he sentado sin más, disfrutando de la brisa que entraba por la puerta, y es que hoy ni siquiera he podido ponerme en el jardín. Todo fue tan diferente, tan globalizado, como si ya mismo estuviera el piso fresco a pesar de entrar las bocanadas de aire caliente por las ventanas. Y es que no supe si la brisa era tu presencia, o si el aire caliente, resultaba ser esa comicidad que me apaña por estos días.
Cinco treinta al reloj, un refresco, una canción, y yo sentada al piso....
¡ Estúpida canción...! va tan lenta, tan lenta,
y yo que quiero alejarme de los fantasmas del amor,
y ella, mi negra estela de sabor empeñada en traer el fuego.
¡ El fuego si, el fuego...! ¿ acáso no le conoces...?
¡ Pero si te le he presentado casi desde el mismo día que te conocí...!
Ah si, ya recuerdo, en esa ocasión yo era una simple paja de desierto
y tú, tú eras la nota magestuosa que rasgaba el aire con su canto,
por eso no te diste cuenta de la diferencia entre el fuego del camino y yo...
¡ Bueno, te lo diré de otra manera...!
Recuerdas esa vez en que cruzaste mirada conmigo... ¡ si esa...!
justo en esa ocasión donde danzarina
convertía yo tus disculpas en la fuente de mis sonrisas...
ahí, justo ese día me dije...
¡ se acabó el disfraz Zu...!
es hora de retomar las flores de la manzanilla y dejarles ir una a una.
Y pues ilusa, empece a escarbar de entre las hierbas, mis memorias,
y retocando un azul aquí, y un verde allá, empece a deshacer pétalo por pétalo,
y mírame, ¡ hoy de nuevo me siento en el jardín a plantar nuevas semillas...!
aunque me pregunto si querré verme algún día deshaciendo su sembrar
para luego replantarlo...
¡ Si ya sé, nadie me pidió deshojar flores de manzanilla
en lugar de las típicas margaritas...!
pero que se le va a hacer, no me puedes negar que me veía bien,
con una flor aquí y una flor allá,
todas rodando entre la tierra del jardín y mis piernas.
¡Si, si ya sé, la imagen que carburo no es la de una mujer enamorada...!
¡ Si no necesitas decirmelo, entiendo el hilo de lo que voy tejiendo...!
lo que pasa es que ahora mismo me preguntaba...
¿ Qué le sucedió al hombre que se sentó conmigo blandiendo en el aire,
flores de manzanilla, castañas llenas de sonidos perfectos
y ese traje azul y corbata amarilla que tanto ilusionó mis ojos...!
Ya vez, si de todo me acuerdo,
aún soy esa mujer enamorada que cuenta y deshoja flores de manzanilla
en lugar de margaritas... de lo que no me acuerdo,
y es lo que me tiene sentada de nuevo a flor de piso es
¿ Dónde se quedó el amor y la alusión
de formar de mi jardín un infinito perfecto...?
Daanroo
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