Hombliguez desiderante.
¡Rinconadas, relamidos, palmípedos etilográficos desiderantes!,
racionalízate, despelléjate, descartónate;
abre el mentir a la razón y la razón vuélvela mentira apócrifa.
Anda, que el camino es largo y la largura del camino es ancha.
el tiempo corto, y la sensación de juventud se desagota,
sé hormiga ponedora de texturas y principios rámblicos.
Subyuga con razón la materia incandescente de los hielos.
¡Abrúmate, descalcifícate, ensúciate...!
que la mancha de la tierra abone a pecho, dulces suspiros.
Anda, vuela en el sonido de la serenidad
y sé paciente con el contigo antiguo
energetiza el hombligo o la hormiga hará su travesura en él.
¡Tropieza, castiga, repele...!
pero no olvides que del sonido eventual de un lágrima,
se reira con significancia el diablo gris que habita en mis entrañas.
¡ Tropieza hormiga, flota bajo las enaguas,!
que la sangre se vuelve espesa pero corre ya por las montañas....
¡ Esfúmate, esfúmate, que ya tengo yo en mis manos, tu propia escarpia!
¡ Hoy no soy negrura de día, ni salobre meñique de un olvido rancio;
soy a viva cuenta, de todos el final y el principio de una hombliguez obligatoria.
Daanroo
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