¡Ay del hombre...!
Proverbios del infierno
El rugir de los leones, el aullido de los lobos,
el oleaje furioso del mar huracanado y la espada
destructora son porciones de la eternidad demasiado
grandes para que las aprecie el ojo humano.
William Blake
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¡ Ay del hombre...!
Sangra justificadamente el pensamiento,
el hombre se corroe, cierra los ojos, abruma el alma;
se olvida que en el olvido,
las ramas de la enramada se volverán castillos de arena,
y las rosas en la muerte, se volverán sin lugar a duda
blancas lágrimas.
Corroe el alma los principios más delimitados,
el hombre sin ser justo, camina sin mirar tras si,
se lleva de calle, alma, amor y esperanzas;
y en brote insignificante de su sonrisa
se carcajea abiertamente de su sombra.
¡Ay de ti hombre...!
! Ay de ti, cuando sea hora de rendir cuentas!
Daanroo
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