Vieja locomotora de casa.
Dicen que la ausencia del color, es el blanco, yo digo que el matiz más expectativo y contemplativo del hombre es el amarillo, si no pregúntenle a la locomotora de casa, ¿ De qué color se pinta los labios, cuando intransigente lleva el fuego hasta el borde del agua.?
Rebota la vida, no tiene caso buscar su salida
el borde de la tapia siempre alcanza a observarle
empecinada en buscar camino, no se da cuenta que le miran.
Se cimbra, toca la raíz que vive al fondo del jardín
y vuelve en una carrera contra el paso de la vieja locomotora de casa.
Cierra en sí el foco mismo de las luces,
le cambia la leña por agua antigua,
y al humo, ¡ ah, al humo....! le pinta bigotes azules
con chapas de roja escarcha.
¡ Fuegos nuevos,!
así es el mirar del hombre cuando va contemplativo
cuando andando deshace lo que nunca ha hecho.
Ni siquiera el amarillo de su iris resurge después de su avalancha
solamente retoma insignificante la ruta del último alerón
que mancho de blanco la pared de casa.
Se acaba el tiempo, zumban los oídos y se destierran muertos,
la culpa es tuya, yo te di una explicación de cómo encender el fuego.
Tú, tú simplemente decidiste cambiar la leña por agua.
Destruiste el andar, ¿ pero acaso importa...?
Daanroo
2 comentarios
yo -
Seguimos en contacto.
saludillos.
humilde -