Miradas viajeras.
No sé a ciencia cierta, si el buscar la misma nostalgia entre las sonrisas que producen las hojas del árbol más cercano, sea efecto contemplativo de ver tus ojos cada mañana.
Es curioso como puedo contemplar tu efecto en mi, en la respuesta graciosa de mirarme cuando crees que no te veo, o en esa sonrisa misteriosa que se forma entre tus labios y la comisura de tu venas.
Sabes que voy a ti, como sabes tu cuando vienes a mi en el proceder de nuestras distancias, si sólo pudiera decirte abiertamente ven, sabría sin dudar que ese día empezaría lo más hermoso de mi existir.
Te quiero, sé que es bastante tonto decirlo, cuando mi propio silencio se encarga de decírtelo al oído, o cuando en un roce de nuestras manos salta esa chispa de necesidad de atrapar para siempre tu cuerpo dentro del mío.
Te quiero, sé que no necesito decírtelo con la palabra hecha sonido, porque sé que intuyes el proceder que viene a mi corazón cuando arrebatado tamborilea el compás de espera que tu oído necesita.
¡Oh amor, si los efectos del tiempo pudieran cambiarse por un momento, yo sería esa golondrina de alas negras que observas cada madrugada! ¡ Sé que la has visto tan infinidad de veces, como yo misma he visto ese gorrión que canta en mis madrugadas frente a mi ventana, arrullando con su melodía la esperanza que vive en mi dormida.
¡ Ay amor, si pudiera seguir la línea del tiempo y volver a aquellos instantes donde te dije adios, para que buscaras tu propio camino...! ¡Hoy podría decirte que te deje ir con la necesidad de volverte a mi, cuando la madrugada dejara de ser esa sumisión de crecimiento, y agudizar la esperanza por ver la sonrisa en tu rostro y contemplarte eternamente, aunque yo viviera esperando tu regreso por un tiempo infinito.!
¡ Hoy te contemplo como lo hice aquella vez, en que cerrando mis ojos, absorbí en la memoria de mi corazón ese último beso que depositaste sobre mis manos, y sin querer los vuelvo el agua que calma mi sed, hasta que tu mismo marques ese tiempo por venir donde los dos seamos de nuevo arena del mismo desierto formando la tierra de cultivo que tanto gozamos y lloramos en silencio.!
¡ Te quiero...! ¡ ay amor, cuánto te quiero...!
Daanroo
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